No están los noticiarios últimamente como para disfrutar de ellos, pero en el telediario del pasado domingo hubo una noticia que me sorprendió y me indignó especialmente. Esta noticia se refiere a alguien que trata de desprestigiar a una persona por los síntomas depresivos que padece.
El titular de la noticia era: “Phil Collins alérgico al agua”.
Phil Collins, como todos sabéis, es un cantante, batería y compositor británico de gran éxito a nivel individual, habiendo sido, además, uno de los componentes del extraordinario grupo musical “Génesis”.
En el desarrollo de la noticia se describía la disputa entre Phil Collins y su última pareja (de la que ya estaba divorciado previamente).
Ella le criticaba y le desprestigiaba ante la opinión pública señalando que Phil Collins no se duchaba ni se lavaba, que no se cepillaba los dientes, que no quería salir de casa y que era adicto a los antidepresivos.
En la información que aparece en el diario “El Mundo” referente a esta noticia, se amplía aún más la información, señalando que, además de la falta de limpieza personal, Phil Collins era incapaz de rendir en el lecho matrimonial, indicando, en palabras de su expareja, que “era impotente”.
Este relato está describiendo los síntomas de una persona que padece un proceso depresivo y que se encuentra en tratamiento.
Esta persona está atacando a su expareja (a Phil Collins en este caso) por tener una enfermedad, por padecer una depresión. Está tratando de desprestigiar a una persona por los síntomas depresivos que padece y la está traicionando aprovechando el conocimiento íntimo que tiene de ella.
Uno de los síntomas principales de la depresión es el abandono del cuidado personal.
El paciente no le da importancia a su aspecto y no lo cuida.
Este mal aspecto personal y la pérdida importante en su autocuidado es una señal de gravedad del proceso depresivo.
Esta es la “alergia al agua” que describían en el titular y la causa de no querer ducharse, de no querer lavarse y de no cepillarse los dientes que le achaca sólo con la intención de desprestigiarle.
El estado de ánimo depresivo hace que la persona que lo sufre tenga deseos de aislamiento.
Evita el contacto social.
Esta es la causa y la razón del no querer salir de su casa que le criticaba esta persona a Phil Collins.
El paciente depresivo no quiere ver a nadie, pero tampoco quiere que lo vean. No le apetece salir de casa porque no disfruta con nada; tampoco en su propia casa, pero ésta es su refugio.
Le critica por ser adicto a los antidepresivos.
Pero es que los antidepresivos no son medicamentos adictivos y, por tanto, nunca crean dependencia ni adicción.
Sí claro, son los tratamientos que debemos indicar cuando el paciente padece un episodio depresivo.
El efecto positivo que provocan siempre es de acción lenta ya que tardan varias semanas en comenzar a hacer efecto.
Debemos mantenerlos durante un mínimo de 6 meses de forma continuada.
Además, si el paciente padece una depresión crónica tendremos que mantenerlos de continuidad, pero no porque sean adictivos sino porque son necesarios para el control de la enfermedad.
Indicar que se tiene una adicción a ellos es como si consideramos que el paciente hipertenso es adicto a los antihipertensivos, que el diabético es adicto a la insulina o la persona que padece una infección grave que es adicta a los antibióticos.
Precisar un tratamiento no significa ser adicto a él.
Por último, indica que era impotente.
La pérdida del deseo sexual es también un síntoma de la depresión, ya que se produce una incapacidad para disfrutar y para sentir placer. Pero además es un efecto adverso que suele aparecer frecuentemente con casi todos los antidepresivos.
Esta pérdida de deseo sexual, esta alteración en la libido, secundaria a la enfermedad depresiva o como efecto adverso al tratamiento antidepresivo, siempre es pasajera. Se recupera una vez está superada la depresión y una vez ha sido retirada la medicación antidepresiva.
Desprestigiar a una persona por los síntomas depresivos que padece
Lógicamente no conozco a Phil Collins. No tengo ni idea de cómo será como persona ni las enfermedades que padece o que haya podido padecer.
Como psiquiatra y como médico considero que tratar de desprestigiar a una persona por los síntomas depresivos que padece es algo deleznable, que no debería dañar la imagen de la persona que sufre la enfermedad, pero que desacredita, de forma completa y para siempre, a la persona que realiza esos comentarios.
El problema es que, al final, en la memoria colectiva lo que va a quedar es que un personaje público como Phil Collins es una persona que no se lava ni se cuida, que es adicto a fármacos y que, además, es impotente.
Es absolutamente injusto que se pueda desprestigiar a una persona por los síntomas depresivos que padece.
Mi homenaje al Phil Collins
El recuerdo que siempre voy a tener de Phil Collins es el de un extraordinario músico cuyas composiciones, tanto a nivel individual como con su grupo Génesis, han contribuido a alegrar mi vida.
Os voy a dejar el enlace de dos vídeos que seguro os van a gustar.
Uno es el vídeo oficial de la canción “In the air tonight” de Phil Collins y otro de la actuación en directo del Génesis en el concierto “Live 1973”.

Además, os animo a escuchar de forma completa el álbum “Foxtrot” publicado por Génesis en 1972. Una auténtica joya de la música.